Canadá en busca de nuevos mercados para ya no depender de Estados Unidos.

El primer ministro, Mark Carney, restó importancia a las conversaciones sobre represalias comerciales y afirmó que se centra en que Canadá reduzca sus vínculos económicos con EE. UU.

“No podemos contar o confiar plenamente en lo que ha sido nuestra relación comercial más valiosa para nuestra prosperidad”, dijo Carney a los periodistas en un aserradero de Kelowna Occidental, en la Columbia Británica. “Por eso nos centramos cada vez más en consolidar nuestra fortaleza en casa y en encontrar nuevas oportunidades para las empresas y los trabajadores canadienses en el mundo”.

Carney dijo que no había hablado con Trump desde que el presidente estadounidense elevó el jueves de la semana pasada los aranceles generales contra Canadá al 35 por ciento desde el 25 por ciento y se hundieron las negociaciones comerciales entre ambos países. Trump indicó entonces que Carney había intentado sin éxito concertar una llamada.

El efecto del aumento de los aranceles sobre Canadá se vio mitigado porque el presidente excluyó los productos que se consideran norteamericanos en virtud del acuerdo comercial que Trump firmó con Canadá y México durante su primer mandato. Carney dijo que alrededor del 85 por ciento del comercio entre ambos países sigue libre de aranceles.

Pero un arancel del 25 por ciento sobre los automóviles ensamblados en Canadá, que se ajusta para reflejar el nivel de piezas estadounidenses en vehículos específicos, así como aranceles del 50 por ciento sobre el acero y el aluminio, ya se dejan sentir en esas industrias.

Canadá ha sido históricamente el mayor comprador de exportaciones estadounidenses. Carney dijo el martes que, a pesar de su población relativamente pequeña, el país es también la segunda fuente de inversión extranjera en Estados Unidos. Varias industrias canadienses se han quejado de que esas medidas les perjudican, en particular los aranceles sobre el acero fabricado en Estados Unidos, lo que ha llevado al gobierno a introducir diversas exenciones.

Muchos canadienses, enfadados e indignados por las medidas comerciales del presidente estadounidense, han pedido más represalias comerciales.

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