
La artista catalana revela en una entrevista con Elle cómo su proceso creativo fusiona sonido, imagen y sensaciones, reflejando una expresión artística total en cada proyecto, la cantantes se ha consolidado como una de las voces más innovadoras de la música global, no solo por su capacidad de reinventar el flamenco, sino por la importancia que concede a lo visual como parte inseparable de su obra. “No podría hacer música sin imaginarme cómo se ve”.
“Lo importante es no traicionarte y no traicionar la emoción con la que nacen las canciones”, afirma la artista. Las referencias pueden ir desde una copla antigua hasta una tendencia estética de Tokio; lo que permanece es el ansia por transformar la tradición en algo que resuene hoy.
La influencia de grandes figuras como Camarón de la Isla y Enrique Morente se percibe tanto en la manera en la que frasea como en textos que exploran la pena y el deseo. Sin embargo, Rosalía también declaró: “Para mí, escuchar a Kate Bush o a Björk fue descubrir que podía haber otra forma de hacer pop, algo que no tuviera que ajustarse a lo que se esperaba en España”.

Lejos de las fórmulas comerciales, Rosalía prioriza un ritmo propio de trabajo: “Siempre digo que un disco no se termina, se abandona. Prefiero tomarme el tiempo necesario y sentirme satisfecha con lo que entrego, aunque la industria marque otros tiempos”. Sus vídeos, estilismos y conciertos se convirtieron en referencias internacionales que abren debate sobre identidad y apropiación, siempre desde el respeto a su herencia.
Las relaciones personales y profesionales dejan también huella en su música. Sobre la amistad con Penélope Cruz, nacida durante el rodaje de Dolor y gloria, la actriz le dedica palabras de admiración: “Rosalía tiene una voz y una fuerza únicas. Me emociona el modo en que deja huella en cada persona que la escucha”. Al hablar de afectos y procesos íntimos, la artista es prudente: “Mi vínculo más fiel ahora mismo es con el piano. La música siempre está”.

La propuesta de Rosalía es la evidencia de que pasado y futuro pueden convivir en el mismo compás. “No existiría lo que hago sin una tradición de la que aprender y nutrirme. No se trata de borrar la historia, sino de ampliarla”, sentencia la cantante catalana sobre su misión artística.
