
La planta de baterías copropiedad de Hyundai enfrenta un retraso mínimo de dos a tres meses en su inicio de operaciones tras una redada migratoria la semana pasada, dijo este jueves el CEO de Hyundai, Jose Munoz.
La planta en Georgia, operada a través de una empresa conjunta entre Hyundai y LG Energy Solution de Corea del Sur, fue el centro de la mayor operación de control de inmigración en un solo sitio en la historia del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. la semana pasada.
La planta, que forma parte de un complejo de fábricas de US$ 7.600 millones para fabricar modelos eléctricos, estaba programada para entrar en funcionamiento a finales de este año. Munoz, en sus primeros comentarios públicos desde la redada, dijo que se sorprendió al enterarse de la noticia e inmediatamente preguntó si había trabajadores de Hyundai involucrados. Explicó que la empresa descubrió que los empleados en el centro de la redada eran principalmente empleados de proveedores de LG.

Unos 475 trabajadores, en su mayoría ciudadanos surcoreanos, fueron arrestados, según funcionarios de inmigración de Estados Unidos. Es típico que una planta de baterías automotrices emplee a estos trabajadores mientras se está poniendo en marcha, dijo Muñoz.
“Para la fase de construcción de las plantas, necesitas conseguir personas especializadas. Hay muchas habilidades y equipos que no se pueden encontrar en Estados Unidos”, dijo Muñoz, al margen de una conferencia automotriz en Detroit.
Muñoz dijo que Hyundai obtendrá baterías de otras plantas mientras espera que la planta de LG comience a operar, incluyendo una planta en Georgia copropiedad con el fabricante de baterías coreano SK On.