El equilibrio hídrico de nuestro cuerpo

Tomar demasiada agua puede ser peligroso, así como no hacerlo.

Según las recomendaciones generales a nivel internacional, lo ideal es beber alrededor de dos litros de agua al día para las mujeres y 2.5 litros para los hombres, sin embargo, los científicos afirman que nuestras necesidades de agua dependen de varios factores, no beber suficiente puede provocar deshidratación, pero consumir demasiada también puede ser peligroso.

El agua constituye aproximadamente el 60 % de nuestro peso corporal. Se encuentra en nuestras células, órganos, sangre y en diferentes vías de nuestro sistema, según la Facultad de Medicina de Harvard, algunos de los beneficios de el agua en nuestro cuerpo son transportar nutrientes y oxígeno a las células, eliminar bacterias de la vejiga, favorecer la digestión, prevenir el estreñimiento, normalizar la presión arterial, amortiguar las articulaciones, proteger órganos y tejidos, así como regular la temperatura corporal y Mantener el equilibrio electrolítico (sodio)

Nuestro cuerpo pierde agua constantemente al sudar, orinar e incluso al respirar, y es necesario la reponer ese liquido perdido, un proceso conocido como equilibrio hídrico.

El muy peligroso tomar agua en grandes cantidades, y las consecuencias pueden ser graves, beber cantidades excesivas de agua en un corto período de tiempo puede causar hiponatremia, también conocida como intoxicación hídrica.

Esto ocurre cuando el equilibrio de sodio en la sangre cae peligrosamente, provocando la inflamación de las células del cuerpo, los líquidos se absorben rápidamente en el torrente sanguíneo. El exceso de estos es filtrado por los riñones, los cuales pasarán luego a producir orina, sin embargo, nuestros riñones solo pueden procesar aproximadamente un litro de líquido por hora.

La mayoría de los alimentos, como frutas, verduras, arroz e incluso frutos secos, contienen agua. La sandía, por ejemplo, está compuesta por aproximadamente un 92 % de agua.

La sed es la señal natural del cuerpo de que necesita más agua. El color de la orina es otro buen indicador de hidratación: el amarillo pálido indica que estás bien hidratado, mientras que el amarillo oscuro puede indicar deshidratación.

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