En 2012, cuando aún era el padre Robert Prevost, tuvieron la oportunidad de conocerlo durante una visita pastoral.

Los miembros de la Fraternidad Agustiniana Secular San Agustín, de la parroquia Divina Providencia en San Salvador, celebran con júbilo la elección de León XIV como nuevo pontífice.
En aquel entonces, el ahora papa recorría iglesias de la Orden de San Agustín en Centroamérica. En la parroquia salvadoreña, se reunió con los feligreses agustinos y dejó una impresión imborrable. «Nos recibió con una gran sonrisa y nos dio consejos llenos de sabiduría. Nos dijo que siempre practicáramos el servicio y el amor al prójimo», recordó Marcial Campos, miembro de la fraternidad.

La noticia de su elección como papa fue motivo de emoción y lágrimas para los miembros de la comunidad. «Verlo saludar desde el balcón de la Plaza de San Pedro fue un momento inolvidable. Nos sentimos profundamente conectados con él por aquel encuentro tan especial», añadió Campos, quien afirmó haber soñado recientemente con su elección como sucesor de Pedro.
El fraile Moisés Rápalo, ahora sacerdote de la misma parroquia, también tuvo un encuentro con Prevost en 2012 durante su visita a Honduras. «Me impresionó su elocuencia e inteligencia. Es una persona humilde, cercana y con una gran experiencia pastoral. Estamos felices y orgullosos de que sea el primer papa de la Orden de San Agustín», expresó.
León XIV no solo deja huella como el nuevo líder de la Iglesia católica, sino también como un ejemplo de humildad y amor al servicio, valores que los fieles salvadoreños recuerdan con gratitud desde su visita.