La situación sigue siendo tensa en ambas regiones.

En respuesta a las crecientes manifestaciones contra las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump, Texas ha anunciado el despliegue de la Guardia Nacional para mantener el orden, mientras que Los Ángeles enfrenta arrestos masivos y un toque de queda tras cinco días de disturbios.
En Los Ángeles, la alcaldesa Karen Bass decretó un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad para frenar el vandalismo y los saqueos que han marcado las protestas. La medida, vigente de 8:00 p.m. a 6:00 a.m., excluye a residentes, periodistas y servicios de emergencia.
El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) confirmó 25 arrestos durante la última noche, según el Los Angeles Times. Algunos manifestantes lanzaron fuegos artificiales a la policía, que respondió con gases lacrimógenos.
Aunque las manifestaciones son mayoritariamente pacíficas, los enfrentamientos nocturnos han llevado al caos en zonas como Little Tokyo y arterias principales de la ciudad, interrumpiendo brevemente el tráfico en autopistas.
Un manifestante señaló que las redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) contra migrantes indocumentados han alimentado el descontento en una ciudad con una importante población de origen extranjero.
La postura del gobierno
El presidente Trump calificó las protestas como una “invasión de un enemigo extranjero”, mientras que Texas, anticipando posibles réplicas de los disturbios, movilizó a la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en sus ciudades.
La situación sigue siendo tensa en ambas regiones, mientras las autoridades intentan restaurar el orden en medio de un creciente debate sobre las políticas migratorias y el derecho a protestar.
