Cardenales se preparan para elegir al nuevo papa en el cónclave en la Capilla Sixtina

El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco se realizará a puerta cerrada en la Capilla Sixtina bajo estrictas normas. Los 135 cardenales electores menores de 80 años decidirán quién será el próximo líder de la Iglesia Católica, en un proceso que podría comenzar el 5 o 6 de mayo.

Tras el deceso del papa Francisco, los 135 cardenales con derecho a voto se reunirán en la Capilla Sixtina para elegir a su sucesor, siguiendo un protocolo milenario que resguarda la solemnidad y confidencialidad del proceso. Se espera que la fecha de inicio se confirme este día, en la quinta reunión de los cardenales.

Preparativos previos al cónclave

Los cardenales electores se trasladarán a la residencia de Santa Marta, en el Vaticano, donde permanecerán durante el cónclave. El primer día del proceso incluye una misa solemne en la basílica de San Pedro, seguida de una procesión hacia la Capilla Sixtina, donde invocarán la asistencia del Espíritu Santo antes de prestar juramento sobre el Evangelio.

Bajo la icónica bóveda pintada por Miguel Ángel, el maestro de ceremonias pronunciará el tradicional «extra omnes» (todos fuera), marcando el inicio de las votaciones.

Proceso de elección

El cónclave se caracteriza por un método de votación riguroso. Los cardenales escriben el nombre de su candidato en papeletas marcadas con la inscripción «eligo in summum pontificem». Las papeletas son depositadas en una urna y, posteriormente, contadas y verificadas por un grupo designado de escrutadores.

Cada día, los cardenales votarán hasta cuatro veces (dos por la mañana y dos por la tarde), salvo el primer día. El objetivo es alcanzar una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo papa.

Si ningún candidato logra esta mayoría, las papeletas son quemadas, produciendo una fumata negra. La esperada fumata blanca, señal del éxito del cónclave, anuncia al mundo la elección del nuevo pontífice.

El “Habemus Papam”

El cardenal elegido deberá aceptar su nombramiento y elegir un nombre como sumo pontífice. Posteriormente, los cardenales le rendirán obediencia antes de que el nuevo papa aparezca en el balcón de la basílica de San Pedro para impartir su primera bendición “urbi et orbi”.

Con una Iglesia dividida entre posturas reformistas y conservadoras, la elección del nuevo papa marcará el rumbo de la institución en los próximos años.

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