Los cardenales votarán hasta cuatro veces al día, aislados en el Vaticano

El cónclave para designar al sucesor del papa Francisco inició este miércoles en el Vaticano con una ceremonia solemne y el tradicional encierro de los 133 cardenales electores en la Capilla Sixtina.
La jornada comenzó con la misa Pro Eligendo Pontifice, presidida por el cardenal decano Giovanni Battista Re, y continuó con la procesión desde la Capilla Paulina hasta la Sixtina, donde los purpurados invocaron al Espíritu Santo y prestaron juramento.
Tras la fórmula “Extra Omnes”, que marca la salida de los no autorizados, las puertas de la Capilla Sixtina fueron cerradas, dejando incomunicados a los cardenales hasta la elección del nuevo pontífice. Este miércoles se realizará el primer escrutinio, y el resultado será anunciado mediante el característico humo que saldrá de la chimenea: blanco si se alcanza un consenso o negro si no hay decisión.
Durante el cónclave, los cardenales votarán hasta cuatro veces al día, aislados en el Vaticano. Pasarán las noches en la Casa Santa Marta o edificios cercanos, sin contacto con el exterior, mientras deliberan bajo los frescos de Miguel Ángel, que enmarcan esta histórica elección.
Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, destacó que la Capilla Sixtina fue preparada desde finales de abril para albergar este evento, con la instalación de asientos, urnas de votación y el sistema para emitir humo. Además, en la Sala de las Lágrimas, el futuro papa encontrará los tradicionales tres trajes papales de diferentes tamaños, listos para su primera aparición.
La atención mundial se centra ahora en la pequeña chimenea de la Sixtina, esperando el momento en que el Vaticano anuncie, con una fumata blanca, al próximo líder de los más de 1,400 millones de católicos en el mundo.
