Cuando solo hay unidad, cada pregunta tiene una respuesta, cada problema tiene una solución y la vida se convierte en felicidad pura y sin esfuerzo.

Convertirse en uno con el universo significa aceptar quién eres y de dónde vienes. Aceptar tu pasado, presente y futuro. Ya no hay un «yo» que esté solo; solo hay todo lo demás que etiquetamos como «el universo».
Cuando te vuelves uno con el universo, todas las dudas desaparecen porque no pueden existir en un mundo sin división. Cuando solo hay unidad, cada pregunta tiene una respuesta, cada problema tiene una solución y la vida se convierte en felicidad pura y sin esfuerzo.
El primer paso para volverte uno con el universo es aprender a escucharte y comprenderte a ti mismo, tienes que saber qué te hace feliz, cuál es tu propósito y cómo puedes contribuir.
Estás conectado contigo mismo cuando te gusta la persona en el espejo, cuando no puedes esperar para despertarte por la mañana y enfrentar cada día, y cuando no tienes miedo del futuro.

Esto no es algo que sucede de la noche a la mañana, requiere un esfuerzo diario. Significa pensar, hablar y actuar de una manera que te haga sentir bien, lo más importante es escuchar a tu corazón y confiar en ti mismo, puede ser difícil conectarse contigo mismo cuando estás ocupado con el trabajo u otras responsabilidades, pero dedicar tiempo todos los días hace una gran diferencia.
El pasado se fue; el futuro aún no ha llegado. Ahora es todo lo que tienes: para convertirte en uno con el universo, necesitas aprender a disfrutarlo, cuando pensamos en nuestro futuro, pasamos mucho tiempo preocupándonos por cosas que tal vez nunca sucedan, lo que aumenta la ansiedad y el estrés, llevándonos a sufrir.
Si tienes miedo de tener éxito o cometer errores, será difícil abrirte a nuevas posibilidades, una vez que superes tu miedo, comenzarás a ver que hay menos límites en tu vida. Comenzarás a poder elegir la vida que deseas en lugar de dejar que tu pasado decida por ti.
Aprende de la naturaleza, medita y aprende a confiar en el proceso, cuando te entregas al universo, tu vida se vuelve más fácil y significativa. Ya no te tomas la vida tan en serio y los obstáculos se vuelven más fáciles de superar.
Sabes que hay un plan para ti y no puedes permitirte distraerte de llegar a tu destino final.
