Roma se prepara para un momento decisivo en la Iglesia Católica, mientras 133 cardenales electores se reúnen para designar al nuevo papa y definir el rumbo de una comunidad de 1,400 millones de fieles.

Los cardenales, conocidos como los “príncipes de la Iglesia”, se encerrarán este miércoles en la Capilla Sixtina para iniciar el cónclave que determinará al sucesor del papa Francisco. Bajo las icónicas pinturas de Miguel Ángel, comenzará el proceso de votación que requiere una mayoría de dos tercios (89 votos) para proclamar al próximo líder de la Iglesia Católica.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que todos los cardenales electores ya están en Roma. El proceso, que podría extenderse por dos o tres días, está envuelto en expectativa global. Miles de fieles se reunirán en la Plaza de San Pedro y millones seguirán atentos a la señal de humo: negro, para anunciar falta de consenso, y blanco, para proclamar Habemus Papam.
Entre los nombres que suenan como “papables” están Pietro Parolin y Pierbattista Pizzaballa de Italia, Mario Grech de Malta, Jean-Marc Aveline de Francia y Luis Antonio Tagle de Filipinas. Sin embargo, como dicta un dicho popular en Roma: “Quien entra al cónclave como papa, sale cardenal”.
El próximo pontífice enfrentará el desafío de mantener el equilibrio entre las reformas promovidas por Francisco, enfocadas en las periferias y los más pobres, y las posturas conservadoras que buscan preservar la tradición.
Mientras tanto, los preparativos en el Vaticano continúan: las cortinas de terciopelo rojo ya adornan el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde el nuevo papa hará su primera aparición tras ser elegido.
El cónclave no solo marca un cambio de liderazgo, sino también una nueva etapa para una Iglesia que sigue siendo central en la vida espiritual y social de millones alrededor del mundo.
