
El domingo 21 de septiembre de 2025, decenas de miles de personas se congregaron en el Estadio State Farm de Glendale, Arizona, para un emotivo homenaje al activista ultraconservador Charlie Kirk, fundador de Turning Point USA, quien fue asesinado a tiros el 10 de septiembre en un evento en la Universidad del Valle de Utah.
El evento, titulado Construyendo un Legado: Recordando a Charlie Kirk, superó las expectativas y llenó por completo el estadio con capacidad para 73.000 personas, mientras miles más esperaron afuera, generando atascos kilométricos desde la madrugada. Fuentes estiman una asistencia total de más de 100.000 simpatizantes, en un acto que combinó elementos religiosos, políticos y patrióticos, bajo estrictas medidas de seguridad nacional.
Figuras clave presentes y discursos destacadosEl presidente Donald Trump encabezó la ceremonia, pronunciando el discurso final donde describió a Kirk como «uno de los más grandes patriotas de Estados Unidos» y un «mártir de la libertad», afirmando que su asesinato fue «un atentado contra nuestras libertades más sagradas».
Trump, acompañado por su esposa Melania, llegó en Air Force One y compartió el escenario con su viuda, Erika Kirk, en un momento cargado de emoción que provocó vítores y lágrimas entre la multitud. Otros asistentes de alto perfil incluyeron al vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario de Defensa Pete Hegseth, el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., y el empresario Elon Musk, quien se reencontró públicamente con Trump durante el evento.Erika Kirk, visiblemente conmovida, tomó la palabra para declarar que había perdonado al «joven» acusado de cometer el crimen, un gesto que resonó en el público y fue aplaudido como un acto de fe cristiana.

El pastor Rob McCoy, de la congregación de Kirk, abrió el acto con un mensaje sobre la vitalidad de Turning Point USA, seguido de interpretaciones de gaiteros que tocaron Amazing Grace y cánticos evangélicos. La multitud, ataviada con gorras MAGA, banderas estadounidenses y crucifijos, coreó consignas como «¡USA! ¡USA!» durante el himno nacional y los honores militares.Ambiente y reaccionesEl homenaje trascendió un simple funeral para convertirse en una proclamación política y espiritual. Asistentes de todo el país —e incluso del extranjero, como una familia de Filipinas— destacaron el impacto de Kirk en la juventud conservadora, enfatizando su defensa de la fe, la libertad de expresión y valores tradicionales. Una participante le dijo a la BBC: «Estoy animada de ver cuánta gente ha venido aquí para homenajear a Charlie. Mira todas estas personas jóvenes, todas aman a Dios».
Otro joven, Sebastian Gordon, de 22 años, viajó desde Los Ángeles para honrar el «mensaje que Kirk difundía entre estudiantes universitarios».En redes sociales, el evento generó un torrente de reacciones. Usuarios compartieron videos del estadio abarrotado, elogiando el «legado vivo» de Kirk, mientras otros lo criticaron como un «mítin neofascista» o un «homenaje al mal gusto», comparándolo con eventos históricos controvertidos.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, subrayó en Fox News la magnitud de la delegación presidencial, afirmando que reflejaba «cuántas personas de los más altos niveles de nuestro Gobierno lo apreciaban».Este tributo no es el primero: una vigilia previa en el Kennedy Center de Washington el 14 de septiembre reunió a miles más, incluyendo congresistas republicanos y la propia Leavitt, quien recordó el rol clave de Kirk en la movilización del voto joven para la victoria de Trump en 2024.

El asesinato de Kirk ha polarizado aún más el panorama político estadounidense, con sus seguidores viéndolo como un símbolo de resistencia contra la «violencia izquierdista», mientras críticos lo enmarcan en tensiones ideológicas más amplias.El evento concluyó con una nota de unidad, pero deja un legado de debate: ¿fue un duelo genuino o una plataforma para el MAGA? Lo cierto es que Charlie Kirk, a sus 31 años, sigue congregando multitudes, incluso en ausencia.