
Estados Unidos anunció el martes que se retiraría de la UNESCO, la agencia cultural de las Naciones Unidas, la medida más reciente del gobierno de Donald Trump para cortar lazos con organizaciones internacionales.
La decisión, que se produce apenas dos años después de que el país se reincorporara a la organización, entrará en vigor a finales de 2026. Su salida refleja la profunda desconfianza y aversión del presidente Trump al multilateralismo y las instituciones internacionales, especialmente aquellas relacionadas con las Naciones Unidas.
“La participación continua en la UNESCO no responde al interés nacional de Estados Unidos”, dijo en un comunicado Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado.
Bruce acusó a la UNESCO de promover “causas sociales y culturales divisivas” y de mantener un “enfoque exagerado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, una agenda globalista e ideológica” que no corresponde “con nuestra política exterior de Estados Unidos primero”.

En 2023, el gobierno de Joe Biden anunció que se reincorporaría y comenzaría a devolver gradualmente más de 600 millones de dólares en cuotas atrasadas. En ese momento, funcionarios estadounidenses argumentaron que dejar una silla vacía en la UNESCO había creado un vacío en el que estaban entrando potencias competidoras, sobre todo China.
Estados Unidos dejó de financiar a la UNESCO en 2011 debido a la legislación estadounidense que exigía el corte total de la financiación a cualquier organismo de la ONU que aceptara a Palestina como miembro de pleno derecho. La falta de dinero privó a la UNESCO de casi una quinta parte de su presupuesto, obligándola a recortar programas.
Es la tercera vez que Estados Unidos se retira de la UNESCO. En 1984, durante la Guerra Fría, el gobierno de Ronald Reagan abandonó la agencia. Posteriormente, Estados Unidos se reincorporó durante la presidencia de George W. Bush.
