Las víctimas habrían sido ejecutadas por una disidencia de las FARC, que sospechaba su vínculo con el ELN.

La Fiscalía General de la Nación de Colombia confirmó este martes el hallazgo de una fosa común con los cuerpos de ocho líderes sociales y religiosos en una zona rural del municipio de Calamar, en el conflictivo departamento de Guaviare. Según las investigaciones, las víctimas habrían sido citadas y posteriormente asesinadas por miembros del Frente Armando Ríos, una de las principales disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El operativo, que permitió la recuperación de los cuerpos, se desarrolló con el acompañamiento de la Fuerza de Despliegue Rápido #1 del Ejército Nacional, como parte de un proceso iniciado en abril pasado, luego de que se activaran mecanismos de búsqueda urgente ante denuncias de desaparición forzada.

La Fiscalía indicó que los responsables actuaron bajo la sospecha de que los líderes estarían participando en la formación de una célula del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo guerrillero con el que las disidencias de las FARC mantienen una tensa rivalidad en algunas zonas del país.

Los cuerpos identificados pertenecen a James Caicedo, Jesús Valero, Marivel Silva, Carlos Valero, Maryuri Hernández, Isaid Gómez, Óscar Hernández y Nixon Peñaloza Chacón, todos reconocidos por su labor en defensa de los derechos humanos, causas comunitarias y actividades religiosas.

Este hallazgo ha generado profunda indignación entre organizaciones de derechos humanos, que advierten sobre el creciente riesgo para los líderes comunitarios en regiones donde la violencia armada se ha recrudecido, pese a los acuerdos de paz. El suceso pone nuevamente en evidencia los desafíos en materia de seguridad, justicia y protección de la vida en zonas rurales del país.