La ecoansiedad se extiende y afecta cada vez más a los jóvenes.

Se trata de una preocupación constante y creciente por el futuro ambiental que puede llegar a al estrés, miedo, pensamientos catastróficos y hasta cambios en la conducta.

La ecoansiedad no es un invento de TikTok ni una moda pasajera. Es un fenómeno real que se ha colado en la vida de muchas personas, sobre todo en jóvenes que ven cómo el planeta cambia rápido… y no para bien.

¿Sientes que el mundo se viene abajo cada vez que ves una nota sobre el calentamiento global, los incendios forestales o la crisis del agua? ¿Te abruma pensar que lo que haces por el planeta “no sirve de nada”? Tranquila, no estás exagerando. A eso se le llama ecoansiedad, y sí, es más común de lo que crees.

Según especialistas de la UNAM, se trata de una preocupación constante y creciente por el futuro ambiental del mundo, que puede llegar a detonar estrés, miedo, pensamientos catastróficos y hasta cambios en la conducta.

“No necesitas vivir un desastre natural como un tsunami para sentir sus efectos. Basta con enterarte de ellos para que tu mente empiece a generar escenarios apocalípticos”, explica Ingrid Vargas, psiquiatra de la UNAM.

Los expertos coinciden en que esta angustia tiene nombre y causa: los llamados estresores ambientales. ¿Ejemplos? El ruido, el caos del transporte, la imposibilidad de caminar por la ciudad, la contaminación, y claro, los grandes temas como el cambio climático o la desertificación de suelos. Todos esos factores hacen que tu mente diga: “algo no anda bien”, y ahí es donde la ansiedad encuentra su lugar.

Según Javier Urbina, especialista en Psicología Ambiental, muchas veces no hablamos de “cambio ambiental global”, que es el término que engloba todo lo que realmente está ocurriendo a nuestro alrededor.

“Hoy en día, los jóvenes son quienes más lo resienten, porque saben que van a vivir más tiempo en este planeta y ven un futuro incierto. Esto puede causar desde ansiedad generalizada hasta depresión o incluso estrés postraumático”, advierte Urbina.


Para contrarrestar la ecoansiedad, expertos recomienda primero, que no te sientas culpable por sentirte así. Lo importante es entender qué te detona el malestar y aprender a gestionarlo.

Tambien meditar o practicar técnicas de respiración para calmar tu mente, filtra la info que consumes. No necesitas saber todo lo que pasa todo el tiempo, en vez de abrumarte, suma pequeñas acciones: usar menos plástico, plantar un árbol, ahorrar agua, si ves que los síntomas persisten, busca ayuda profesional. Tu salud mental también importa.

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