Sinner derrota a Djokovic y se cita con Alcaraz en la final de Roland Garros

Novak Djokovic es el mejor tenista de la historia, los números así lo dicen, y con sus 38 años buscó todas las maneras de ganar al actual líder de la ATP, el imperial Jannik Sinner, pero no fue suficiente. El serbio se queda en semifinales (6-4, 7-5 y 7-6 [7/3]) y Roland Garros tendrá la final que todos esperaban: Alcaraz contra Sinner, la rivalidad del momento, y para muchos años seguramente. El curso pasado se enfrentaron en semifinales, y esta vez será en la pelea por el título.

La evolución de Sinner

Ha cambiado él y su juego ha cambiado. Si antes, incluso en el último Masters 1000 de Roma, insistía en mantenerse sobre la línea y golpear siempre al ataque, ahora es capaz de dar un paso atrás para sostener los intercambios largos. Sigue siendo el tenista agresivo que siempre será, pero ha descubierto la variable defensiva que le faltaba. Ante Djokovic lo demostró como nunca y, de hecho, fue quien más puntos ganó cuando se intercambiaron nueve golpes o más.

Su victoria se cimentó en su temple ante un rival espléndido. Djokovic, animal competitivo, estaba decidido a dejarse la vida en la pista y regaló acciones geniales. Esta vez no le funcionó la táctica que hundió a Alexander Zverev, las continuas dejadas de revés, pero peleó, peleó y peleó. En el segundo set incluso consiguió lo que casi nadie había logrado en esta edición.

El partido parecía ya muy a favor del número uno. Djokovic mantuvo la agresividad, pero recurrió a un nuevo “truco”, que fue el de ponerse al público de su parte. ¿Era París o era Belgrado? La afición quería más tenis, animó con todo al tres veces ganador allí, que tuvo que ser tratado por el fisio por un problema en la pierna.

Fue encomiable la pelea de Novak, que llegó incluso a tener tres pelotas de set con 5-4 y 15-40 y después con la ventaja. El duelo ya se jugaba más de tú a tú, y en el desempate Sinner certificó su pase a su primera final de Roland Garros.

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